Patronos


El Arcángel SAN RAFAEL

ORACIÓN AL ARCÁNGEL SAN RAFAEL

¡Oh Dios! Que diste por compañero para el camino de tu Siervo Tobías al Bienaventurado Arcángel San Rafael; concédenos que seamos siempre protegidos con su custodia y fortalecidos con su auxilio. Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.

Personaje bíblico, protector de Tobías; el judío Tobías, miembro de la tribu de Neftalí, era célebre por su piedad. Habiéndose vuelto ciego en la vejez, fue curado por su hijo, según los consejos del Ángel San Rafael, quien es considerado, especial protector de los enfermos; como su mismo nombre lo señala, pues Rafael equivale a medicina y curación divina. Por ésta razón, se han puesto bajo su advocación todos los Hospitales de San Juan de Dios, y todos los creyentes y católicos deberíamos invocar en nuestras dificultades de salud su celestial protección.



Nuestra Señora de Chiquinquirá

Si bien los Padres Franciscanos fueron los promotores del supuesto regalo de Felipe II a los indígenas de Monguí, consistente en la famosa imagen de la Virgen María, para patrona religiosa de su Partido, hecho que convirtió tal devoción en un imán de popular romería, parecida gestión realizaron los Padres Dominicos, al exaltar el milagro mariano de su renovada imagen en el Cuadro de Chiquinquirá. Por la misma época, hacia l553, llegaron como Doctrineros de Tinjacá, Sáchica y Suta, y después (l620) fundaban el Convento del Santo Eecce-Homo y la Capilla de Guateque (en el actual pueblo de Santa Sofía), a tiempo que recibían apoyo del Encomendero de Suta y Chiquinquirá, Don Antonio de Santa Ana. Este personaje había servido como soldado de la gobernación de Santa Marta, habiendo sido premiado con tal prerrogativa, en l556.

La amistad de Santa Ana con el hermano Doctrinero Fray Andrés Jandraque, hizo que contratara la pintura de Nuestra Señora del Rosario con Alonso de Narváez, un aficionado artista que también ejercía de platero en la ciudad de Tunja para entronizarla en sus Aposentos de Sutamarchán.

La obra fue ejecutada por 20 pesetas de oro en l560, sobre un lienzo de fabricación indígena, a base de caolín con zumos vegetales y tierra de colores, extraida de los barrancos Tunjanos. Nació, pues, como creación de legítimo arte hispanoamericano. A un lado de la Virgen fue dibujado San Antonio a intención del Encomendero contratista, del mismo nombre; y al otro, fue dibujado San Andrés, por advocación de su tocayo, el Doctrinero dominico de Suta.

Fallecido Santa Ana (l574) su esposa Catalina García de Irlos, se trasladó a otro campo de Chiquinquirá, donde la imagen quedó expuesta a la intemperie, por lo cual hubo de perder sus colores en proceso de extinción.

MARIA RAMOS Y LA RENOVACIÓN

Posteriormente (l585) acertó a venir de la Península una concuñada de Doña Catalina, de nombre María Ramos, para reencontrarse con su esposo Pedro Santa Ana, hermano del finado Antonio. Al observar el deterirorado cuadro, solicitó aquiescencia de sus familiares para exponerlo nuevamente a su veneración religiosa.

He allí entonces, el hecho que se narra como renovación milagrosa de la imagen, el 26 de diciembre de l586, pues que ante el piadoso afecto de los fieles aquel día aparecieron las luces y sombras de su primitiva traza, irradiando la plena figura que habría de presentarse en una pequeña ermita de la finca, posteriormente convertida en templo de la futura ciudad (l588-l8l2).

Más tarde se construiría en la plaza mayor Chiquinquireña una verdadera Catedral, elevada a Basílica, de solemnes arcadas y altares de mármol, para consagrarla a Nuestra Señora del Rosario en su histórica reliquia, bajo guarda y devoción de la comunidad dominicana.

REINA DE COLOMBIA

Finalmente, luego de romerías, estampas, oraciones y salves de la creciente feligresía, para rogar por las necesidades familiares y el remedio de las calamidades colectivas; luego de haber sido entronizada su reproducción en innumerables iglesias del país y de países vecinos, el 9 de julio de l9l9 la Madona de Chiquinquirá sería coronada como Reina de Colombia, en la capital de la República, por manos del Obispo de Tunja, Monseñor Eduardo Maldonado Calvo.

Y para celebrar el Cuarto Centenario de su Renovación, el SUMO PONTÍFICE ROMANO, JUAN PABLO II acudiría a la Basílica de su trono Colombiano, el 3 de julio de l986, para cantarle: Salve María, Madre de Dios.


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